viernes, 15 de julio de 2016

Sobre los "golpes institucionales"



Sobre los “golpes”-mayo 2016
En abril de 2015 escribíamos:
Desde hace tiempo se dan discusiones sobre los llamados “golpes blandos”. Se recrea este debate, en algunos sectores, a partir de la “desestabilización” al gobierno argentino en función del “caso Nisman” y las  maniobras con el dólar. Se afirma que los golpes no son como antaño, a través de las FFAA, sino con mecanismos de desestabilización que persiguen fines “destituyentes”. Sectores de la izquierda “revolucionaria” se suman y lo repiten. En artículos de la prensa de los partidos de izquierda se debate sobre las perspectivas de un “golpe” contra el gobierno encabezado por Cristina Fernández.
Los golpes de Estado siempre expresaron cambios en las relaciones de fuerzas entre las clases. Siempre fueron dirigidos contra el movimiento obrero, su organización, su movilización. Implican cambios sustanciales en el régimen político.El golpe de 1976 en Argentina no tuvo como objetivo a la Presidenta, sino aplastar al movimiento obrero, su vanguardia, sus organizaciones.
En el denominado “golpe blando”( cuando se realiza un juicio político , o en el caso en que un vicepresidente asume el cargo de presidente) se trata de situaciones en las que no hay un cambio de régimen político.
Cual debe ser la posición de los revolucionarios? En los casos de golpes de estado, siempre llamamos a la más amplia unidad de acción para enfrentarlos. En el sentido de lo que señalamos anteriormente, explicamos: nosotros, que no apoyamos al gobierno, que siempre enfrentamos a los gobiernos burgueses, llamamos a una amplia unidad de acción en defensa de las libertades democráticas y de las organizaciones de las masas. En el caso de los denominados “golpes blandos”, entramos en un terreno de variantes tácticas, sin la importancia decisiva de los golpes de estado ( los golpes “en serio”).Siempre determinamos por el interés y las necesidades de la clase obrera y sus organizaciones. Puede tratarse de un enfrentamiento entre sectores burgueses en el cual uno de ellos pretende avanzar a un curso bonapartista, allí pesará más el llamado a la movilización para enfrentar los ataques bonapartistas reaccionarios. Puede ser un enfrentamiento por roces burgueses, sin mayores consecuencias en el régimen, allí primará la no intervención y la denuncia. Por ejemplo, no debe ser una política de los revolucionarios: “Que el presidente termine su mandato”. No entramos en el institucionalismo burgués, ni llamamos a respetarlo.   Para nosotros la divisoria de aguas es si está en juego un cambio de régimen institucional, si nos enfrentamos a la alternativa de un régimen de democracia burguesa frente a un golpe que adelanta un régimen contrarrevolucionario.
( Este punto de no entrar en los manejos del régimen nos recuerda a la polémica en Argentina sobre la posición a tomar cuando las elecciones a presidente se definían por el mecanismo de Colegio Electoral. Se planteaba la posibilidad de que, frente a la elección indirecta de presidente, acordaran entre sí los representantes de la segunda y tercera fuerza y no consagraran presidente al candidato más votado. En su momento, rechazamos la posición de P.O., que planteaba que, en última instancia, si la definición en el Colegio Electoral dependiera del voto de un eventual representante de los revolucionarios, se debía apoyar al candidato más votado para evitar una maniobra antidemocrática, que burlara el resultado electoral mayoritario. Rechazamos esa posición, reafirmando que solo votamos a nuestros candidatos. Si las divisiones burguesas llevan a la crisis o a la parálisis a sus instituciones, no es nuestra tarea destrabarlas. Al contrario.)
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Abril 2016 – frente al juicio político en Brasil
Ante el juicio político en Brasil, se abrió un abanico de posiciones entre las organizaciones de izquierda. Una vez más,  aparece la definición de “golpe institucional”. La propia denominación nos está hablando de que nos encontramos dentro de los marcos del régimen democrático burgués, dentro de las instituciones. Un golpe de Estado se da abruptamente, no se desarrolla durante todo un período a través de votaciones . Un golpe cambia y voltea instituciones, no se hace “institucionalmente”. Si se da un cambio de presidente a través de un juicio político o algún proceso similar, no es un golpe. Esa definición la utilizan los defensores del presidente enjuiciado, pero no los marxistas revolucionarios. Son fenómenos con diferencias cualitativas para el movimiento obrero y de masas y sus organizaciones.
Para los revolucionarios, la categoría de golpe de Estado remite a un cambio de régimen institucional, con consecuencias directas y cualitativas en las libertades y en el mecanismo de la democracia burguesa.
Los que hablan de “golpe” hacen centro en las características del gobierno y su plan económico, no en lo institucional. Hablan de un gobierno “más ajustador”. Un golpe de estado no se define por la sustitución de un presidente por otro que aplique un plan ”más ajustador”, insistimos, sino por un cambio en el régimen institucional del estado, a través del cual se ejerce el domino por parte del Estado burgués.
Más aun, esas organizaciones nunca habían mencionado, y menos explicado, las diferencias tan sustanciales entre el PT y sus oponentes de “la derecha” (las dos fórmulas eran Rousseff-Temer vs. Neves-Nunes). Como tampoco lo hicieron en Argentina con “Scioli o Macri”; no señalaban diferencias: todos eran “ajustadores”. Nunca hablaron de la “derecha” conformada por el “partido judicial”, o los “monopolios de comunicación”. Nunca se detuvieron a explicar y denunciar al sector concentrado de la burguesía, agente directo del imperialismo, que actúa desde hace mucho tiempo; recién ahora lo mencionan, o lo “descubren”, como “la derecha golpista”. Hace tiempo que el castro-chavismo y sus seguidores vienen denunciando a ese bloque y su política pro-imperialista. Las corrientes de izquierda simplemente lo ignoraron, nunca tuvieron una definición y una política ante ello. ( En el caso de Argentina, más aun, como parte de izquierda del anti-kirchnerismo, en muchas oportunidades hicieron seguidismo a “la derecha”, sobre todo  en sus expresiones “judiciales” y “mediáticas”, llegando a extremos como en el “caso Nisman”).
Si pretenden utilizar el término de “golpe”, como mínimo debieran hacer una clara explicación y una diferenciación contundente con los golpes de estado clásicos y sus cambios a regímenes contrarrevolucionarios. En cambio, contribuyen a la justificación de los reformistas y castro-chavistas, que siempre defienden a los gobiernos  “progresistas” que son perseguidos y desestabilizados, y que son víctimas de “los  golpes de la derecha imperialista” ( la única diferencia, afirman,  es que ahora no son protagonizados por las FFAA). En este marco, para seguir agregando confusión y distorsiones, encontramos entre los agrupamientos sedicentes trotskistas que denuncian “golpe de estado” en Brasil que han publicado artículos utilizando las caracterizaciones y las políticas que Trotsky desarrolló en la década del ´30, nada menos que para enfrentar al nazismo en Alemania. Ni los castro-chavistas ni los “progresistas” llegaron al extremo de semejante analogía.

Y  lo más grave pasa por su práctica concreta y la falta de consecuencia con sus caracterizaciones. Mientras repiten una y otra vez  “golpe derechista” no llevan adelante una política revolucionaria contra un golpe. No encaran una política de amplia unidad de acción y movilización de todos los sectores del campo anti-golpista, ni de acciones unitarias  sistemáticas. Su política de supuesta “lucha consecuente contra el golpe” se limita a realizar denuncias y propaganda, como declaraciones de parlamentarios, o la realización de actos de su propia organización. Esa no es la política revolucionaria frente a un golpe real, que debe tener como centro ordenador ser los primeros en la movilización y las acciones unitarias contra el golpe.
No es posible encarar discusiones serias sobre las caracterizaciones y las políticas, si no partimos de definir que estamos frente a nueva etapa histórica. Es necesario estudiar y aprender de los procesos de la lucha de clases. Se ha dado una transformación con respecto a la historia de los golpes de estado que tuvieron lugar, sistemáticamente, durante décadas, para enfrentar ascensos obreros, para dirimir enfrentamientos burgueses en cuanto a su relación con el imperialismo, o para definir la forma de enfrentar al movimiento de masas.
Nunca antes, en la historia argentina y americana, se dio esta continuidad de varias décadas de régimen democrático burgués. En este marco, grandes crisis  ( entre ellas el colapso de 2001 en Argentina, el ascenso revolucionario boliviano de 2003) se procesaron en el marco de las instituciones del régimen democrático burgués. En este sentido, es necesario ajustar las herramientas de definiciones y de respuestas políticas y programáticas ante lo ocurrido en estos años: estos procesos de “desestabilización”, de enfrentamientos burgueses y choques entre sectores que derivan en los cambios que se han denominado “golpe blando”, que, insistimos, no implican un cambio de régimen. Esos enfrentamientos entre los sectores burgueses expresan principalmente la definición de su relación con el imperialismo y la ubicación de cada burguesía y su país en el marco regional y mundial. Asimismo, expresan las diferencias en lo que hace a su vinculación con las masas: el grado de concesiones y el carácter más o menos bonapartista de los gobiernos, por ejemplo cuando los principales sectores burgueses plantean que ya no aceptan más gobiernos bonapartistas que hacen concesiones a las masas.
Ante estos enfrentamientos, caemos en un error sectario si los ignoramos. Como ya mencionamos, las organizaciones que hoy descubren a “la derecha” no hicieron ninguna diferenciación en estos años, ignoraron al imperialismo y sus agentes directos en la región, a las grandes empresas de comunicación ( los “medios”), el rol del poder Judicial. Esa denuncia la dejaron en manos del castro-chavismo, del PT, del kirchnerismo.
 Por otro lado, una política revolucionaria correcta evita el bandazo opuesto, que es encarar estos llamados “golpes blandos” con las caracterizaciones de los clásicos golpes de estado, que volteaban regímenes democrático-burgueses para reemplazarlos por  otros contrarrevolucionarios. Es un error encarar con la política clásica de lucha contra los golpes militares o fascistas a estos enfrentamientos que derivan en juicios políticos u otros mecanismos legales internos al régimen. Significa ceder a la presión del régimen burgués y  entrar en el terreno del régimen.

miércoles, 1 de abril de 2015

Apuntes sobre el “caso Nisman” y las posiciones de la “izquierda revolucionaria”


Apuntes sobre el “caso Nisman” y las posiciones de la “izquierda revolucionaria”                   Febrero 2015

El “caso Nisman” se da en el marco de un recrudecimiento de la campaña imperialista “anti terrorista”. El “caso Charlie” marca una escalada y refuerzo del alineamiento mundial en la “lucha contra el terrorismo”. La “acusación” al gobierno argentino de “encubridor del terrorismo” empalma con esa enorme campaña de apoyo a las posiciones de EEUU, de Israel y del conjunto del imperialismo.

        Sobre el “caso AMIA”

                   * Cual es la posición de los revolucionarios sobre AMIA? Observamos que repiten una serie de consignas similares a las levantadas contra el terrorismo de Estado. Dicen: “No a la impunidad” .Es correcto centrar en  “Juicio y castigo”?  Hay que castigar a “los terroristas”? Quien debe investigar y juzgar a “los terroristas”? El Poder Judicial de Argentina? Con ayuda de Interpol o de la “justicia” internacional?

Es correcto que la posición de los revolucionarios comience por  el repudio y el rechazo a este tipo de acciones. En el caso particular de AMIA, ni siquiera hubo una reivindicación de la autoría, lo cual en su momento ayudó a propagar todo tipo de versiones (que fue una “venganza” contra Menem por “negocios”, que fue la “mano de obra desocupada”,etc.). Pero es imposible obviar el enfrentamiento al Imperialismo en Medio Oriente con consignas como “Juicio y Castigo°.Este enfoque jurídico expresa una adaptación a la opinión pública y a la ideología dominante. No se resuelve este enfrentamiento internacional, ni las luchas contra la opresión, ni las invasiones, ni sus correlatos de acciones terroristas, por la vía del Código Penal o el  Poder Judicial.

                   *En otro apartado desarrollamos este aspecto, pero en las posiciones de la izquierda se minimiza y quita del centro el rol del imperialismo y de Israel, las potencias opresoras, y la ubicación de Argentina como subordinada a ese “orden mundial”. En este caso, aparece la muerte de Nisman justamente cuando el conjunto de los sectores burgueses y pro-imperialistas arreciaban en el respaldo a la “denuncia” de Nisman al gobierno argentino como “encubridor del terrorismo internacional”. Todo ello, en completa línea con Israel y el imperialismo. La izquierda “revolucionaria” se acopla y considera a Nisman como un “perseguido” por el gobierno, defienden su “investigación”, acusan al gobierno y sus “servicios” de asesinarlo y demás.

                       El “caso Nisman”

                         *No es extraño que dejen de lado, por completo, un elemento fundamental: los documentos revelados en Wikileaks.(Y no es extraño porque siempre los ignoraron, llegando al extremo de no reclamar nunca el cese de la persecución a Assange por parte del Imperialismo, su “justicia” y sus Estados). A partir de esa documentación, se acredita ,de manera contundente, que Nisman fue siempre un agente de EEUU e Israel. Actuaba siguiendo sus indicaciones. Y culminó presentando su ataque al gobierno argentino, en completa sintonía con las posiciones pro-imperialistas y guerreristas. Para los revolucionarios, es elemental una completa delimitación y denuncia de esta “acusación”al servicio de los intereses imperialistas. Así como rechazar de plano todo este “paquete” que incluye como “investigación” infinidad de escuchas de la SIDE, como las realizadas a militantes como Esteche, ya desde antes perseguido y encarcelado. Pero esta “izquierda revolucionaria” abandona la denuncia y la acción concreta contra el imperialismo y sus representantes locales. Por el contrario, defienden la “investigación” de Nisman e impulsan su continuidad, como lo expresó el FIT en el Congreso: se ponen al hombro la continuidad de esa tarea impulsada por EEUU…

                     *Consideran a Nisman como “víctima del Estado”. Hablan de “crimen contra el pueblo”. Repiten “crimen de Estado”. Y además, como si fuera poco, ubican a Nisman junto a Kostecki y Santillán, López, Mariano Ferreyra…Estos últimos eran parte del pueblo trabajador! Nisman era lo opuesto! Ninguno de ellos tiene nada que ver con el agente imperialista Nisman! A ellos sí los asesinó el Estado. Nisman era parte del Estado, como lo son los convocantes de la marcha del 18 de febrero: todos ellos corporizan al aparato del estado.

El movimiento obrero y sus luchadores no tienen nada que ver con Nisman! No mezclen más! Nada que ver con este integrante de la casta judicial, millonario de Puerto Madero ni con sus autos de lujo pagados por la CIA. A los integrantes del FIT, en lugar de tanto discursear sobre “la independencia de clase” les hace falta un poco de, al menos, cierto “asco de clase” para no mezclar a los mártires de las luchas populares con este agente de la CIA!!

                          *Si este sujeto se suicidó, si lo indujo la CIA, si lo asesinó un “servicio”…no tenemos nada que ver! El punto es que estas corrientes aceptan a Nisman como un “luchador contra la impunidad” y reclaman por él. Los revolucionarios no tenemos nada que reclamar por él. Tenemos que denunciar que Nisman era solo un eslabón más de la verdadera impunidad: la de  los crímenes de Israel y EEUU. Que no tenemos nada que ver con la persecución a “terroristas” por parte de las “democracias” de EEUU e Israel. Que no tenemos nada que ver con el “horror” que manifiestan los imperialistas y con los desfiles de “Yo soy Charlie” y  “Yo soy Nisman”.

El enfoque y la práctica nacionalista, típico de las fuerzas del FIT, se proyecta en este tema, y terminan centrando en la “guerra de servicios”, que Stiuso, que a Nisman lo mató el gobierno, que Milani, que ministros y fiscales,etc y en todos  los vericuetos y chismes que bombardean “los medios”.

Las corriente que conforman el FIT (cada una por su lado, ya que en realidad el FIT solo existe en las boletas electorales) ceden totalmente a “la opinión pública”, anti kirchnerista, conmocionada por el caso Nisman y por el bombardeo de las empresas de medios; están actuando como furgón de cola de los sectores burgueses que expresan a través de esas empresas de medios, todos los días, las posiciones e ideologías pro-imperialistas. (Ya desarrollamos en su momento su adaptación a esas presiones frente al “caso Boudou”, su posición ante el “caso Campagnoli”.etc )

                             La política  de los revolucionarios

                       *Cual debe ser la política de los revolucionarios? Primero, delimitarse de los sectores agentes del imperialismo, y denunciarlos. Sobre esa base, para el “caso AMIA”, la propuesta de Comisión Investigadora Independiente es una consigna correcta. Su utilización  permite salir del marco de las instituciones del sistema y su régimen: gobierno, parlamento, poder judicial ( y la que hoy es una “institución” decisiva para mantener el cauce del régimen: la TV y “los medios” ). Permite salir de los reclamos de “justicia”, contra la “impunidad”,y demás generalidades, y poder desplegar un eje central, abandonado por los “revolucionarios” del FIT: poner en el centro la responsabilidad de EEUU e Israel. Todo ello frente a la presión y bombardeo de los “medios” para ubicar al país como parte de la lucha contra “el terrorismo” junto a “Occidente”. Una expresión clara de esto eran los editoriales del diario burgués pro-imperialista La Nación, en ocasión del debate sobre el Memorandum con Irán. Planteaban que Argentina no debía cometer el mismo error que durante la Guerra Mundial a mediados del siglo XX, cuando no se alineó claramente detrás de EEUU. Ahora debía ser expresa en ese alineamiento, en vistas de una eventual guerra contra Irán. Esa es la posición que expresa la “investigación” y la “denuncia” de Nisman.

Para los integrantes del FIT, en cambio, el centro pasa por “los servicios” argentinos y sus “guerras internas entre servicios”. Es decir, ponen el énfasis en los empleados nacionales subordinados y no en los mandantes internacionales.

                   *En lugar de reclamar que Capitanich vaya al Congreso y que ”se televise” la reunión, los “revolucionarios” deberían reclamar sistemáticamente la presentación inmediata de los embajadores de EEUU y de Israel en la Comisión y que informen públicamente toda su vinculación con Nisman y el caso AMIA.

                   En lugar de reclamar la presencia de Randazzo, salir en “la tele”,y pedir “que se abran los archivos”,  los “revolucionarios” deberían impulsar esa Comisión y hacerla presente en la SIDE a reclamar el acceso a los archivos, y mantenerse en la SIDE hasta conseguirlos.

                   Deben levantar como parte del programa una política hacia los trabajadores judiciales, para que no sigan la línea de la burocracia de su sindicato de ser furgón de cola de jueces y fiscales. Deben plantear ,a diferencia de todos los burgueses, gobierno, oposición, K y Anti K: No queremos que “la Justicia” investigue: hay que investigarlos a ellos, a Nisman y a todos. Nosotros no confiamos en “la Justicia”, ni queremos “dejar que actúe la justicia”. Queremos plenos poderes para la Comisión Investigadora. Los “revolucionarios” del FIT se han sumado siempre a la denuncia “opositora” de que “los K quieren controlar la Justicia”, han defendido a jueces y fiscales, como ya señalamos en otros textos.Lo mismo han hecho al sumarse a la defensa de las “investigaciones” de Nisman. Mas allá de las generalidades grandilocuentes, en su política concreta están haciendo seguidismo a las corrientes burguesas pro-imperialistas.
 

 

A continuación , tomamos algunas declaraciones y pronunciamientos de estas corrientes y analizamos su contenido:

 

Sobre las posiciones de integrantes del FIT ante el “caso Nisman”

 

                  Es conocido que la única actividad en común de las organizaciones que conformaron el FIT ha sido presentar listas en las elecciones burguesas. A través de estos años, jamás realizaron actividades comunes en la lucha de clases. Por el contrario.

              Vamos a tomar algunas posiciones de estas organizaciones frente al “caso Nisman”. Como ya lo hemos planteado en varias oportunidades, estos agrupamientos pueden tener las posiciones que quieran, solo apuntamos a dejar en claro que no son posiciones trotskistas.

 

                 Vamos a reproducir algunas de sus declaraciones, que reproducimos en recuadro y subrayadas por nosotros; a continuación de cada una, siguen algunas de nuestras consideraciones.

 

 

1)     Exposición de Pitrola en el Congreso ante la muerte de Nisman y la grave crisis de Estado  en la Comisión de Legislación Penal del Congreso, del 19 de enero

 

4 de febrero de 2015 | Edición Impresa #1349   Exposición de Pitrola en el Congreso ante la muerte de Nisman y la grave crisis de Estado  en la Comisión de Legislación Penal del Congreso, del 19 de enero.
 
"Buenas tardes a todos. Tengo la mayor sorpresa de que no estemos todos los bloques en esta convocatoria de la Comisión ante el alcance de la crisis política que hoy tenemos en el país.
Sea un crimen o un suicidio, el fiscal Nisman tenía en su poder pruebas sensibles que comprometen a la máxima autoridad del poder político y a la máxima autoridad del Estado.
Hemos acompañado desde la primera hora, me refiero al Partido Obrero en particular, la lucha de los familiares de la Amia y lo vamos a seguir haciendo hasta el esclarecimiento definitivo, que hoy creemos está más lejos que nunca.
 
Apoyamos los puntos planteados en esta Comisión de Legislación Penal -entre algunos que se mencionaron, preservar el funcionamiento y la seguridad del equipo conducido por el fiscal Nisman, exigir a los organismos competentes que mantengan la custodia e integridad de la prueba reunida por Nisman y su equipo y exigir una investigación a fondo de la muerte del fiscal.
 
Quisiéramos agregar un punto y una reflexión. En primer lugar, que se pida la interpelación, ante el plenario de la Cámara, al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y al ministro del interior Florencio Randazzo. 
Deben venir a dar explicaciones de toda la situación, porque aquí la denuncia de Nisman ha evidenciado una guerra de aparatos de inteligencia, un Estado oculto atrás del Estado, de las autoridades elegidas por el pueblo -un Estado de inteligencia-, y no es ajeno a esto el tenaz sostenimiento de Milani al frente del Ejército como nuevo jefe de la Inteligencia.
 En este punto, nuestro planteo estratégico va a ser que se abran los archivos de inteligencia y presentaremos una ley en el Congreso para que los archivos referidos a la causa Amia se abran al conocimiento del pueblo. Porque no vamos a conocer nunca la verdad por este camino. La causa Amia ha sido manipulada en función de intereses de potencias extranjeras y del Estado. Lleva 20 años, varios gobiernos, y su impunidad es absolutamente total, y creo que hoy con la muerte de Nisman estamos más lejos que nunca. Así que, además de apoyar los puntos planteados, proponemos impulsar la interpelación al jefe de Gabinete y al ministro de Interior. Muchas gracias, Presidenta".

 

*Antes de tocar lo referido al “caso Nisman”, no podemos dejar de observar la adaptación y la comodidad de esta organización con la “vida parlamentaria”. Expresan “la mayor sorpresa” por la ausencia de otros bloques en la reunión de la Comisión: o sea que, ante una crisis política grave, estos “revolucionarios” critican a los políticos burgueses porque no asisten a una reunión de Comisión. Frente a una grave crisis política (o en cualquier otro momento) los revolucionarios no nos preocupamos de que funcionen las instituciones burguesas ni de que los políticos burgueses asistan a sus reuniones. Hacemos lo contrario: nos preocupamos de demostrar que no sirven a los intereses de los trabajadores.

Proponen como punto central la interpelación a dos ministros “ante el plenario de la Cámara”. La interpelación a los ministros en una grave crisis política es el típico mecanismo institucional burgués para que no pase nada y todo quede en la cháchara parlamentaria. Y para rematar, aclaran que su posición “estratégica” es… presentar una ley…para abrir los archivos. Jamás la estrategia de una organización revolucionaria puede consistir en presentar leyes al Parlamento.

Ya ni mantienen las formas : ni siquiera mencionan la lucha, la movilización, la actividad en las organizaciones obreras o populares :sólo mencionan lo que ocurre en  “ la Cámara”.

*En lo referido a la “crisis política” abierta por el “caso Nisman”, el punto central es la posición de apoyo a los puntos planteados en dicha Comisión .PO toma como suya y acepta la “denuncia “ y las “pruebas sensibles” de Nisman. Ha sido probado que Nisman actuó siempre siguiendo la política de EEUU y recibiendo órdenes e instrucciones directas de la Embajada para su “denuncia”. PO se suma plenamente al sector burgués opositor al gobierno, al sector burgués encabezado por el PRO,que expresa en forma directa los intereses de EEUU. Y termina su intervención reafirmando su apoyo a esos puntos, que son todos de expreso respaldo a la continuidad de la sumisión a los dictados del imperialismo, que esa fue la tarea encabezada por Nisman.

 

     2)       PO avanza y profundiza su seguidismo al bloque burgués “opositor” - 4 de febrero de 2015 | Edición Impresa #1349 | Por Néstor Pitrola 'Error' y contradicción

4 de febrero de 2015 | Edición Impresa #1349 | Por Néstor Pitrola 'Error' y contradicción Después de dos décadas
 
Con el título "Error", La Verdad Obrera N° 593 publica una crítica a mi intervención en la frustrada reunión de la Comisión Penal a la que Nisman no llegó con vida. El PTS, livianamente, dice que la reunión se transformó en una conferencia de prensa del PRO. En rigor, había cinco bloques de derecha, mientras que los demás resolvieron no participar. 
El Partido Obrero resolvió intervenir para fijar su posición frente a una crisis política de magnitud, tal como la que comenzaba en ese momento; y no compartió el boicot del kirchnerismo, en particular, y del resto de la oposición, quienes se escondieron para no dar una definición política. El PTS se plegó al boicot de los encubridores.
 
La oportunidad era inmejorable e imperdible para los revolucionarios, puesto que se trataba del marco de una comisión de la Cámara de Diputados de la que somos parte. Y en ella denunciamos la ausencia de los demás bloques.
 
El PTS publica los puntos que leyó Patricia Bullrich de un breve documento del que no fuimos firmantes. Sin embargo, apoyamos los aspectos centrales de esos puntos totalmente reivindicables: preservación del equipo y seguridad para los empleados de la fiscalía de Nisman, preservación de las pruebas que el fiscal habría presentado, garantías constitucionales en la designación del fiscal que siga la causa Amia e investigación sobre la muerte de Nisman.
 
Pero el PTS oculta (y deforma) la posición que expusimos. Planteamos como eje el desarrollo de una grave crisis de Estado y la interpelación del gabinete nacional por parte del Congreso, un eje político que hemos desarrollado hasta este momento para que el gobierno rinda cuentas, para que todas las fuerzas políticas se pronuncien y para abrir una deliberación que promueva la intervención popular en la crisis a partir de una clarificación. El PTS pone en boca nuestra el planteo de "formación de una comisión independiente" (su planteo), cuando, en cambio, reclamamos la apertura de todos los archivos referidos a la causa Amia.
 
Resulta notable, sin embargo, que Del Caño concurriera a la siguiente convocatoria, también frustrada, de la misma derecha de Patricia Bullrich, como presidenta de la Comisión Penal: la interpelación a Sergio Berni, quien estaba con vida (a diferencia de Nisman) pero que tampoco se hizo presente. Entonces el PTS corrigió su propio error y participó de la reunión, la cual, informal y sin quórum, también podría reputarse como una "conferencia de prensa", en este caso el PRO y varios otros que corrigieron su faltazo del lunes. 
El PTS se equivoca, deforma y profundiza sus intrigas en función de toda una orientación distraccionista como es la de una "comisión independiente". La que no tendría poder alguno y desviaría del eje de golpear sobre las responsabilidades del gobierno y de todo el régimen político a lo largo de 21 años de impunidad de la Amia y en 30 años de gobiernos basados en los servicios. Ahí tiene que golpear el Frente de Izquierda como alternativa política de los trabajadores, porque la cuestión del Estado de Inteligencia contra el movimiento popular, atado al imperialismo y a los intereses capitalistas plantea la cuestión del poder. 
La ‘pasión’ del PTS por la "comisión independiente" contrasta con el hecho de que todavía no condenó los atentados que se deberían investigar (el de la Embajada y el de la Amia); está atrasado 23 y 21 años. El PTS, luego de dos décadas de rechazar las investigaciones (porque primero correspondía condenar el hecho susceptible de investigación), se suma a la histeria desatada por los medios opositores, con Massa y Macri a la cabeza de los encubridores, frente a la muerte de Nisman. El propósito de todo esto vuelve a ser, como no deja de serlo nunca, el ataque faccioso al PO y montar cualquier operación contra el Frente de Izquierda.

 

*Una vez más, es imposible no reparar en la adaptación entusiasta al mundo parlamentario burgués por parte de la organización PO . Esa adaptación es una continuidad “institucionalizada” de su ya añeja integración al mundo de las empresas capitalistas de manipulación y control de la información conocidas como “medios de comunicación”. Hace mucho que sus dirigentes son parte del elenco estable de los “medios” burgueses como comentaristas y analistas totalmente integrados al “mundo de la política”.

Según PO, no participar de esa reunión de Comisión de Legislación significa “esconderse para no dar una definición política”.Para una organización revolucionaria, no tiene ninguna importancia concurrir o no  a una reunión de Comisión. Más aún, por fuera de las Comisiones del Congreso hay un mundo para ir a dar definiciones políticas. PO afirma que era”una oportunidad inmejorable”. Para un revolucionario, una oportunidad “inmejorable e imperdible” solo puede darla algún hecho importante de la lucha de clases, jamás ninguna reunión de Comisiones. Solo puede serlo para PO, una organización tan integrada al régimen de partidos que habla de la “Cámara de Diputados de la que somos parte”: los revolucionarios en un Parlamento deben ser los primeros en educar a los trabajadores y las masas en que no somos parte de la Cámara, ni de otra institución burguesa: por el contrario, somos un cuerpo extraño que nunca será parte de esas instituciones.

*Vamos al “caso Nisman”, al que ya transforman en “crisis política de magnitud”. Este impresionismo es común a todas estas organizaciones, que siempre siguen a la “opinión pública” y a los “medios” burgueses. La “conmoción” de este caso es fundamentalmente superestructural, no producto de la lucha de clases, y por lo tanto con mucho de espectacular por el bombardeo mediático, pero sin repercusiones duraderas para las relaciones de fuerza entre las clases; ese es el eje ordenador a tener en cuenta para los revolucionarios, no la pirotecnia superestructural.

Una vez mas, insiste en el apoyo a los puntos que propuso el PRO: la preservación de “las pruebas”, la necesidad de “garantías constitucionales para los fiscales”…PO se suma a la escandalosa sumisión a la política pro imperialista de Nisman y  sus continuadores;  reclama “garantías” para que puedan continuar su tarea, es decir seguir recibiendo instrucciones del imperialismo…e insiste en su posición central  frente a la que defina como una “grave crisis de Estado”: que el Gabinete concurra al Congreso

En lugar de levantar un programa y una política independiente, finaliza con una diatriba contra el PTS, en el clásico estilo pequeño burgués de las “polémicas” entre estas organizaciones. PO no hace más que reafirmar una política alejada del marxismo revolucionario.

 

3)     Veamos a continuación que plantea el PTS . Publicaron una  Resolución política de la reunión de dirección nacional del PTS del 7 y 8 de febrero de 2015. De esa declaración, reproducimos el punto 7, en el que se refieren al “caso Nisman”:

……………………………………………
7. Los debates en el FIT hacia las próximas elecciones
Frente a la crisis abierta por la muerte de Nisman, los referentes del FIT tanto del PTS (Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Christian Castillo) como del PO (Jorge Altamira y Néstor Pitrola) han tenido presencia en los debates políticos, denunciando al conjunto de los partidos del régimen y al propio estado y sus servicios de inteligencia que sólo responden al interés de la clase capitalista dominante para ajustar cuentas entre sus camarillas y perseguir a los luchadores obreros, populares y de la izquierda, dejando impunes atentados como el de la AMIA. Exigimos en común la apertura de todos los archivos. Pero no pudimos acordar una declaración política común pues PO se opone de forma inexplicable al elemental planteo de lucha por una Comisión Investigadora Independiente que lleve adelante la investigación contra el estado, para desenmascararlo. Insistiremos en la necesidad de trabajar un pronunciamiento político común. En el mismo sentido, vemos la necesidad de pronunciarnos sobre el nuevo gobierno “de izquierda” en Grecia…………

 

*El PTS comienza reivindicando la actuación de los “referentes del FIT” en los “debates políticos”. Aunque no lo aclara, se entiende que por  “debates políticos”  se refieren, sobre todo, a programas de televisión, a los que son invitados permanentemente los “referentes” del FIT. Pero ya hemos desarrollado las posiciones de PO en los debates políticos en el Congreso.

En un número de su periódico, el PTS calificó de “error” el apoyo de PO a los puntos levantados por el partido pro- imperialista PRO en respaldo de Nisman, el agente de EEUU. Aquí ya ni lo menciona. El PTS aclara que su diferencia con PO es por la consigna de Comisión Investigadora Independiente, dando su aval al conjunto de posiciones de PO, alineado  con los sectores más pro-imperialistas y reaccionarios.  La resolución del PTS ni menciona a EEUU, Israel, el imperialismo, Nisman como agente imperialista,etc. Solo afirma que la Comisión debe “investigar al Estado para desenmascararlo”

* Por otro lado, podemos observar que esta declaración no menciona ni una sola acción que haya llevado adelante o impulsado el FIT o el PTS en el movimiento de masas, en organizaciones obreras o juveniles, en algún lugar de trabajo. No menciona, siquiera, a la única movilización realizada, convocada el 4 de febrero por la CTA y otras organizaciones, entre ellas sectores adherentes al FIT; no explican, al menos brevemente, porqué motivos no se debía concurrir a esa marcha, o porqué el PTS no llamó a hacer otra actividad. Nada. No señalan alguna alternativa de movilización o de acción. Nada.

 Y además, informan que el FIT no pudo acordar una declaración… Parece necesario remarcar de qué estamos hablando: un frente político de “independencia de clase”, conformado por “revolucionarios”, que se encuentra frente a lo que definen como una grave crisis, una conmoción nacional, y ese frente político no realiza ninguna acción, no convoca a hacerla, no se suma a acciones de otros, no llama a hacer nada, ni puede emitir un comunicado fijando una posición…La única conclusión posible es que ese frente político no existe.

Es que en realidad el FIT no existe, ni nunca existió, salvo en las boletas electorales de las elecciones burguesas. No se ponen de acuerdo frente a los hechos de la lucha de clases, o frente a las grandes “crisis políticas”: solamente lo hacen para las listas de candidatos. Por ejemplo, como hemos visto frente a este “caso Nisman” y la “conmoción nacional”: no hicieron nada , no acordaron ni un comunicado, pero al mismo tiempo sí acordaron las listas de candidatos en varios distritos. Peor aún: al mismo tiempo en que se ponían de acuerdo para presentar listas de diputados y concejales, se presentaban separados en las elecciones del sindicato del subte, un sector emblemático de la lucha antiburocrática de los últimos años. Como siempre, una vez más, presentan listas separadas en las elecciones en el movimiento obrero, pero sí se ponen de acuerdo para las elecciones burguesas. Un ejemplo nefasto para la educación revolucionaria de la vanguardia y de la clase obrera.

No hay mejor demostración que lo que publica PO en su prensa: lamentan las listas separadas en el sindicato del subte, ya que con una lista común estaba planteada la posibilidad de ganar el sindicato. Pero no se preocupan porque ese eventual triunfo significara un avance para pelear  mejor la dirección del movimiento obrero. No lo lamentan porque podría significar un gran impulso para conformar una corriente en otros sindicatos para ganarle a la burocracia. No. Afirman que arrebatar el sindicato a la burocracia hubiera sido muy positivo para las próximas elecciones municipales contra Macri en la Capital. Todo gira, siempre, en torno a las elecciones, los diputados, los concejales y las Cámaras legislativas.

 

 

 

4)       Veamos la posición de PO sobre el atentado a la AMIA de 1994. Remarquemos que no tuvo ninguna consideración de diferencias por parte del PTS

4 de febrero de 2015 | Edición Impresa #1349 | Por Rafael Santos TRAS LA MUERTE DEL FISCAL DE LA CAUSA AMIANuestra posición al momento del atentado
A pocos días del atentado a la Amia, Prensa Obrera publicaba: "Cualquiera haya sido la causa o el origen del atentado contra la Amia (...) se trata de una acción de grupos vinculados a los Estados capitalistas que explotan a sus pueblos y que oprimen a otros, todos relacionados política y económicamente con el imperialismo mundial en cualquiera de sus formas, con el que trabajan para impedir que los trabajadores subviertan el 'orden' presente de explotación social".
 
"Este ajuste de cuentas entre quienes defienden un mismo régimen de explotación y un orden internacional con el que discrepan en cuestiones de grado y matices, pero no de sustancia; este ajuste de cuentas tiene por víctima material y política a los trabajadores, a la democracia y al socialismo. Más aún, cuando las organizaciones que debieran representar a los trabajadores no toman la iniciativa de la lucha contra este terrorismo de Estado, de una parte, y antiobrero, de la otra" (Prensa Obrera Nº 424, 27/7/94).
 
Sobre el encubrimiento y la responsabilidad de todo el régimen político, señalaba la nota, titulada "Un ataque a los trabajadores": "El encubrimiento político ya resulta claro cuando han pasado más de dos años del atentado a la Embajada de Israel. La responsabilidad de ello no sólo le cabe a Menem, toda vez que involucra a Estados más poderosos: Estados Unidos e Israel -la CIA y el Mossad. Si la Side argentina no colaboraba con éstos, es algo de lo cual nos enteramos ahora, y es, por supuesto, completamente falso. La 'mano de obra' desocupada, a la que Alfonsín y Menem le dieron el indulto, no es otra cosa que el topo que tienen guardado los servicios extranjeros dentro de los argentinos". 
Esta denuncia ponía de manifiesto la colonización de los servicios de inteligencia por parte del imperialismo, aún vigente, y la trama de encubrimiento que ha reflotado la muerte del fiscal Nisman.
 
La intervención del PO y de la Izquierda
Una minuta del Comité Ejecutivo del PO del 21 de julio de 1994, publicada en la prensa señalada anteriormente, da cuenta de nuestra organización, no sólo como la única corriente de izquierda que participó del acto contra el atentado, sino que llamó a concretarlo con anticipación, pero a partir de "una iniciativa del movimiento obrero y la izquierda, y de un paro general" (recordemos que habían pasado pocos días de la gran Marcha Federal contra el gobierno de Menem).
 El resto de las corrientes de izquierda rechazaron la convocatoria a un paro general y tuvieron posiciones que, en general, no señalaban el carácter antiobrero del atentado y se limitaron a repudiar las muertes civiles, sin dejar de justificarlo al atribuir la responsabilidad a la represión sionista. Este es el caso del MST, que escribía por aquellos días "la represión sionista y las capitulaciones crecientes de la OLP y Arafat (condujeron) a un camino monstruoso y equivocado: el terrorismo indiscriminado contra blancos civiles, provocando víctimas inocentes...". Con esta posición repudiaba la denuncia del PO del encubrimiento por parte del gobierno como funcional al sionismo y describía nuestra condena del atentado como sionismo. Es, en ese contexto, que no participó de ninguna movilización de condena a los atentados, ni entonces ni en los 21 años siguientes, incluidas especialmente las de Apemia, a las cuales caracterizaba como sionistas. ¿Quiere ahora una comisión investigadora para mandar en cana a los que cometieron el atentado 'equivocado'? ¿'Compra' las denuncias de Nisman y se sube al sionismo?
 El PTS, un mes después del atentado, escribía: "Los criticamos (a las guerrillas libanesas), pues el atentado a la Amia, contra trabajadores judíos y no judíos, debilita (sic) y no fortalece la lucha del pueblo palestino y desde ese ángulo, y sólo desde ese ángulo, sostenemos que es reaccionario" (Rebelión, 17/8/94). "Debilita". Las guerrillas en cuestión, sin embargo, no estaban solas: tenían atrás a dos regímenes contrarrevolucionarios. El PTS nunca se movilizó, en dos décadas, contra este ataque reaccionario, quizá para no ensombrecer el otro lado no reaccionario de esos mismos atentados. A la luz de esto, ¿cómo explica que ahora reclame una comisión investigadora independiente, cuyo éxito consistiría, entre otras cosas importantes, en condenar penalmente a "las guerrillas libanesas"? Nuestro partido, el PO, apoyó sin reservas a esas "guerrillas libanesas" en la guerra heroica que libraron, en 2004, contra el ejército sionista, pero no encubriría un atentado contra la clase obrera con el pretexto de aquella justa.
 
Hoy, todo el mundo sabe que los dos mayores encubridores de la investigación de esos ataques fueron la CIA y el Mossad, que difícilmente tengan dos lados -una reaccionario y otro no.
Reivindicamos, en medio de una gigantesca crisis política, la claridad de nuestro partido frente a estos atentados. Desde una posición de lucha contra el sionismo, en la que nadie fue más consecuente, señalamos el carácter reaccionario de los atentados a la luz de un análisis concreto, que puso de manifiesto los límites insalvables de una parte de los que lo perpetraron y el carácter irrevocablemente reaccionario de regímenes estatales (Siria, Irán) que se movieron atrás de ellos.

 

Encontramos de entrada la afirmación:        (...) se trata de una acción de grupos vinculados a los Estados capitalistas que explotan a sus pueblos y que oprimen a otros, todos relacionados política y económicamente con el imperialismo mundial en cualquiera de sus formas, con el que trabajan para impedir que los trabajadores subviertan el 'orden' presente de explotación social".        En el estilo tradicional de PO: una parrafada abstracta y confusa, en la cual no dicen concretamente a quien atribuyen el atentado, ni siquiera es posible deducirlo. Quizá estemos más cerca de la esencia de su posición cuando afirman más adelante:      "Este ajuste de cuentas entre quienes defienden un mismo régimen de explotación y un orden internacional con el que discrepan en cuestiones de grado y matices, pero no de sustancia; este ajuste de cuentas tiene por víctima material y política a los trabajadores, a la democracia y al socialismo. Más aún, cuando las organizaciones que debieran representar a los trabajadores no toman la iniciativa de la lucha contra este terrorismo de Estado, de una parte, y antiobrero, de la otra" (Prensa Obrera Nº 424, 27/7/94).

   A pesar de todos sus rodeos, se entiende que PO define como “ajuste de cuentas” a los enfrentamientos del Estado de Israel ( al que jamás menciona) contra Siria e Irán ( a los que sí menciona) o a las guerrillas apoyadas por ellos. Es decir que, para PO, se trata de un enfrentamiento entre dos bandos reaccionarios, dos bandas de hampones que se hacen “ajustes de cuentas” entre ellos. Y reafirma que se trata de dos terrorismos: “este terrorismo de Estado, de una parte, y antiobrero, de la otra”. Una vez más, no define con nombres a quienes se refiere, ni plantea las consignas y el programa que deben levantar las organizaciones obreras  para “luchar contra el terrorismo”, ni las tareas a llevar adelante para salir a enfrentar a “los terroristas de una parte” y a “los terroristas de la otra”.

La posición histórica de los revolucionarios en Medio Oriente no es la de rechazar y enfrentar a “ambas partes”. Siempre hemos tomado parte “de un lado”, enfrentados  al Estado de Israel, al que siempre definimos como un enclave imperialista en Medio Oriente. Siempre impulsamos la lucha de las masas palestinas y árabes, con total independencia de sus burguesías, para enfrentar primero a los imperialismos franceses y británicos, luego a EEUU y a su agente Israel. Una larga historia de lucha por los métodos del movimiento obrero, señalando los rechazos a los métodos de acción terrorista, pero jamás igualando un supuesto “terrorismo de ambas partes”.

PO dice desconocer cual es el origen del atentado a la AMIA. Está originado en la política de opresión y ocupación imperialista de EEUU y del estado nazi de Israel. El enfrentamiento en Medio Oriente, y sus repercusiones y coletazos en el resto del mundo, no es un “ajuste de cuentas” entre estados igualmente reaccionarios.

Consecuente, PO critica a otras organizaciones de izquierda. Plantea que atribuir la responsabilidad del atentado a “la represión sionista” equivale a justificarlo. Digamos frente a esta afirmación que los revolucionarios nos diferenciamos y delimitamos de la metodología de acciones terroristas, pero no con criterio moral o pacifista. Siempre lo inscribimos en las luchas entre opresores y oprimidos. Señalar el campo de los opresores como responsables de la escalada de violencia nunca significa “justificar” a las acciones con métodos terroristas. Una vez más: no son dos campos análogos, como plantea PO en su versión de “dos demonios”. Los revolucionarios señalamos claramente a Israel y al imperialismo como los opresores, los responsables y causantes de la barbarie.

El rechazo y la delimitación de atentados como el de AMIA en Buenos Aires debe ser realizado partiendo de esa ubicación. Posiciones como la de PO, que sigue reivindicando orgullosamente, abandonan esa definición, y derivan entonces a denuncias a Irán, al “encubrimiento”,a la “mano de obra desocupada”, a centrar en “los terroristas”, la “impunidad de los terroristas” y no en la responsabilidad central de EEUU e Israel.