jueves, 25 de octubre de 2012

SOBRE LIBIA

SOBRE LIBIA

             El PTS publicó un extenso escrito sobre Libia, en apariencia para polemizar contra la LIT, y también asimilando a la UIT. En realidad, apunta a justificar su política. En ese sentido, y no en defensa de posiciones de la LIT, vamos a reproducir algunos párrafos del documento del PTS ( en recuadro y con números) y a continuación, algunas observaciones sobre cada uno.

1-Libia se constituyó a principios de 2011 en uno de los focos avanzados de la “primavera árabe”, es decir, del ciclo de levantamientos de masas contra las dictaduras que derribó a Ben Alí en Túnez y Mubarak en Egipto.
Entre tanto, siguen abiertas las tendencias a la guerra civil en Siria y Yemen y al cumplirse el “Año I” de la rebelión en el mundo árabe, las tendencias a la polarización están diluyendo las ilusiones de una “democratización pacífica” en el marco de la crisis mundial.
En Libia… el proceso revolucionario iniciado en febrero derivó en una guerra civil

Desde un comienzo, tenemos planteado el punto esencial de las posiciones del PTS: frente a un levantamiento de masas contra la dictadura, que deriva en guerra civil, la única base para desplegar una estrategia revolucionaria es la definición de la intervención concreta en esa guerra civil.

2-Toda la lógica de su exposición intenta argumentar que ante la izquierda había dos y sólo dos posibilidades: con Kadafi (en la que pretende encuadrarnos) o en contra (la que adoptaron ellos). Pero en realidad, es evidente que hubo no sólo dos sino tres estrategias (que sustentaban cuatro vertientes políticas principales).
--La de los sectores stalinistas y nacionalistas (como Chávez y Castro y sus seguidores
-- La que partía de concebir el proceso como una “guerra de regímenes” en las que se enfrentaban “concretamente” un régimen dictatorial y la "lucha por la democracia”: le dieron “apoyo crítico” a la intervención de la OTAN…caló también en tendencias de la izquierda trotskista que, aunque denunciando la intervención, adscribieron a la visión de una “revolución democrática” que culminó en un “colosal triunfo popular” en el que la injerencia imperialista fue un factor completamente secundario en el amplio frente de “todos contra el dictador” que lo contenía, visión que permeó las posiciones de la LIT-CI (PSTU) y la UITCI, llevando a la adaptación política a las direcciones “combativas” del campo rebelde.
--Una estrategia de clase, independiente y fundada en el acervo del trotskismo. Que considerando la lucha contra la dictadura como un motor de la movilización popular no se detenga en la consecución de esta tarea de manera aislada, sino que articulándola transicionalmente, promueva que la clase trabajadora conquiste la hegemonía para imponer un gobierno obrero y popular. Esta es la estrategia que desde el comienzo del levantamiento, sostuvimos en la FT-CI, por el derrocamiento revolucionario de Kadafi, contra toda injerencia imperialista en Libia y por el desarrollo de la movilización revolucionaria de masas, sintetizada en las consignas de “¡Abajo la intervención militar imperialista en Libia! ¡Abajo Kadafi! ¡Por un gobierno obrero y popular!”.
El PTS define su tercera posición ( la supuesta “estrategia de clase”) con una extensa formulación general, pero no define posición sobre la guerra civil: en cual campo se debe combatir, o, en su defecto, un llamado a no participar de la guerra. Nunca fue la posición de Trotsky repetir definiciones generales sobre la dinámica de la revolución .Por el contrario, siempre enfatizó ante varios de sus “seguidores” en la necesidad de definir una política concreta de intervención, ni que decir en medio de una guerra civil. De no ser así, no hay estrategia.
3-La única salida progresiva para el pueblo libio es luchar enérgicamente tanto contra la intervención imperialista como por derrocar a la reaccionaria dictadura de Kadafi… fuimos siguiendo el proceso libio y de las rebeliones árabes y mantuvimos esta orientación estratégica y política
El levantamiento popular de febrero significó el inicio de un proceso revolucionario, y fueron dos las formas de la contrarrevolución que surgieron para enfrentarlo. Una es la que intentó Kadafi: la vía del aplastamiento mediante la guerra civil abierta (como hemos escrito decenas de veces contra la visión de chavistas y el castristas, Kadafi no defendía la soberanía libia frente al imperialismo; su triunfo sobre el levantamiento popular habría significado una victoria contrarrevolucionaria de tintes fascistas). La segunda, la que, ante los riesgos de la anterior en las condiciones de la crisis estatal libia, su propia debilidad hegemónica y en los marcos de la “primavera árabe”, adoptó el imperialismo tras algunos titubeos: una estrategia de contrarrevolución democrática. Esto significó un cambio determinante en el proceso, pues permitió que se reubicara el imperialismo. Si bien era posible que el levantamiento popular se desarrollara hasta derrocar revolucionariamente al régimen de Kadafi como una gran acción históricamente independiente de las masas; la combinación entre la ofensiva militar kadafista y la intervención imperialista con la colaboración de la dirección del CNT terminaría ahogando esa posibilidad.

Plantean que hay un levantamiento popular, que inicia una revolución y que es enfrentado con una guerra civil para aplastarlo con el fascismo: frente a ese cuadro, la posición elemental de los trotskistas es estar a la vanguardia del llamado a armarse para enfrentar a la contrarrevolución,y desde allí articular el programa que llevamos a las masas.El PTS no planteó nunca esa tarea básica de los revolucionarios.
Luego afirman que hubo un cambio determinante en la situación: suponiendo que así fuera, no aparece ningún viraje o ajuste en la política frente a semejante cambio.Eso es coherente, ya que no estaban llevando adelante una política concreta en la guerra civil.
(El PTS se molesta ante planteos que lo ubican cediendo a posiciones castro-chavistas.Es lógico que, a partir de su caracterización de los rebeldes como tropa de la OTAN, se derive una política de combatir en el campo militar de Kadafy, con total independencia política, contra la tropa imperialista.Sería una posición válida para discutir.El problema surge de que el PTS no definió ninguna posición de participación en la guerra civil)
4-Es que la política de la LIT-CI se basa en la teoría de “revolución democrática” heredada de Nahuel Moreno (de carácter semi-etapista y que revisa la Teoría de la Revolución Permanente que defendemos los trotskistas). Pero para los trotskistas, la lucha contra una dictadura no puede ser concebida como una fase semi independiente de “revolución en el régimen” en la que se conquistaría la democracia, ya que la conquista de la libertad política, el pan, el trabajo y la liberación del yugo imperialista son tareas democráticas de una revolución que, acaudillada por la clase obrera, tiene que derribar a la dictadura, para imponer el poder de la clase obrera y el pueblo en lucha. Digámoslo una vez más: “(…) la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas” [4].
Moreno nunca elaboró una “teoría” de revolución democrática. No existe tal “teoría”, salvo para el PTS.    Moreno analizó y trabajó sobre las revoluciones del siglo XX, y entre las categorías utilizadas, muchas instrumentales, estaba la de revolución democrática para referirse a los cambios de régimen y sus distintas variantes. Insistimos, estudiando las revoluciones reales, con sus contradicciones, y la intervención de los trotkystas en esos procesos, para no dejar la lucha democrática en manos de los sectores burgueses o burocráticos.
Las posiciones de Moreno nunca fueron etapistas ( ni “semi- etapistas”, otra categoría inventada por el PTS: es etapista o no lo es). La política que responde a posiciones etapistas es la que da por finalizada la movilización y la organización con la caída de las dictaduras. La política que impulsaba Moreno significa, en el caso de Libia, una continuidad de movilización y organización , pero partiendo de haber sido los campeones en la lucha antidictatorial en la guerra civil., única manera de encabezar la lucha contra el nuevo régimen burgués pro-imperialista.Un apolítica totalmente diferente, allí sí, a la del PTS.

5-No hay ni puede haber verdadero triunfo democrático de la mano de la intervención imperialista y esto se demuestra en que el resultado en Libia no fue el triunfo de la “revolución democrática” mediante una “revolución en el régimen” -el paso a un régimen político más progresivo- que abre las puertas, “ahora sí”, a la revolución socialista, según el esquema de la LIT-CI; sino un grave paso adelante de la contrarrevolución “democrática”. Recordemos nuevamente que para Trotsky, ésta era “Una contrarrevolución burguesa obligada por las circunstancias a revestir, después de la victoria obtenida por el proletariado, formas pseudo democráticas" [5].
(Vamos a dejar por ahora el método del PTS: atribuir a Moreno las posiciones de la LIT).
Sobre este párrafo veamos: Trotsky no habla de “contrarrevolución democrática”, categoría que usa el PTS.  El PTS solo ve graves avances de la contrarrevolución. Trotsky plantea “obligada por las circunstancias”: cuales son esas circunstancias? Antes Trotsky habla de la revolución alemana de 1918.En efecto, la cita se refiere a la revolución alemana de 1918, “decapitada por la socialdemocracia”. Trotsky habla de revolución y  contrarrevolución en el mismo proceso. A partir de 1918 en Alemania se abre una fenomenal etapa revolucionaria, no un “grave paso adelante de la contrarrevolución”. Solo el proceso real (con sus factores objetivos y subjetivos) determinará los resultados posteriores
En general, cualquier triunfo es parcial o limitado. Si no se profundiza, y avanza en nuevas conquistas, el imperialismo y las burocracias van a desviarlo y distorsionarlo. Eso golpea en amplios sectores de las masas, que no toman conciencia de sus logros ,luego de que estos fueron canalizados o desviados.
En el caso de Libia, sería hacer creer (al PTS incluído) que a Kadafy lo volteó el imperialismo, y no la revolución árabe.

6-Pero no se puede hacer un análisis marxista, un “análisis concreto de la realidad concreta” como decía Lenin, y mucho menos en tiempos de agudización de las crisis y de la lucha de clases, sin tomar en cuenta los aspectos subjetivos: factores políticos, estado de ánimo de las masas, etc. Nosotros, consideramos un importante triunfo la caída impuesta por la movilización popular de Ben Ali en Túnez y de Mubarak en Egipto, como pasos adelante del proceso revolucionario. Pero en Libia, cuando la caída del dictador fue impuesta con los bombardeos de la OTAN, hay que tener en cuenta que el imperialismo logra una incidencia directa en la crisis libia.
El PTS nos explica que el leninismo toma en cuenta los factores subjetivos. Es lo que no hace el PTS.                                      Insisten en acompañar como cierta la versión del imperialismo y el castro-chavismo: en Libia ganó la OTAN. A Kadafy lo echó la OTAN.
Muestran un gran sectarismo y un verdadero desprecio por la heroica lucha de las masas libias, a la que ignoran olímpicamente.        No señalar como determinante el valor enorme de esos miles de milicianos en guerra civil contra el régimen como base esencial para cualquier futuro revolucionario, no expresa más que esterilidad política asegurada. Lenin o Trotsky, sin duda, partirían de ese reconocimiento para desde allí plantear el programa y la política en la era post-kadafy, para construir una organización revolucionaria.

7-Esto no es un problema de puro análisis ni sólo debilidad teórica, pues tiene graves consecuencias políticas e implica en los hechos, ceder a la presión de la contrarrevolución democrática. Por eso no se lo puede catalogar sin más como un triunfo colosal de las masas. A diferencia de Túnez o Egipto, donde los trotskistas celebraríamos con las masas la caída de Ben Alí o Mubarak, en Tripoli y Bengasi la LIT-CI -si tuviera allí alguna presencia- debería pensarlo dos veces antes de sumarse alegremente a manifestaciones que enarbolaban banderas francesas e inglesas.

Se ha reiterado un argumento tan superficial como absurdo para quien se considere trotkysta:si en los “festejos” hay sectores con banderas de países imperialistas, no tenemos nada que “festejar”. Otros grupos repiten esos razonamientos:si el imperialismo aplaude, no tenemos nada que ver…          (Desde siempre se atacó al trotskismo al estilo: los fascistas atacan al Frente Popular; Trotsky ataca al Frente Popular; conclusión evidente: Trotsky coincide y está en el mismo campo de los fascistas).
             El PTS afirma: en Egipto sí, ahí festejamos. Quien siguiera su método les diría: que hacen festejando con ejecutivos de Google, con clérigos oscurantistas, con admiradores de Obama, todos ellos participantes de los “festejos”? (Más aun, al estilo PTS le plantearían: qué festejan en Egipto? La instauración de una dictadura del ejército burgués?  La contrarrevolución burguesa del ejército con los Hermanos musulmanes y el FMI? Y luego continuaría arremetiendo contra el PTS: los denunciamos como capituladores, morenistas encubiertos, etc,etc)

En Libia, amplios sectores “festejan” haberse sacado de encima a Kadafy. Son décadas de régimen dictatorial, con policía secreta omnipotente, secuestros y torturas sistemáticos, sin sindicatos ni partidos ni nada. Décadas. Con más razón, se verifica allí una norma de los triunfos democráticos: convergencia de distintos sectores, los reformistas, los que confían en la propaganda imperialista, en clérigos, los que no tienen idea de política, etc,etc (Esto se verifica no solo para amplios procesos democráticos “en general”, sino también para luchas y procesos de organización estrictamente obreras).
La tarea de los trotskistas no es alejarse de esos “festejos” (en Libia, en Egipto, donde sea), sino llevar más intensamente su programa a la vanguardia y a amplios sectores, empezando por explicar una y otra vez que a Kadafy lo voltearon ellos y la revolución árabe y no la OTAN. Que no fueron las potencias ni el CNT. Y que solo ellos mismos y la revolución árabe, continuando la movilización, pueden pelear por sus reivindicaciones económicas y políticas.

8- Por supuesto, aún está pendiente materializar los objetivos contrarrevolucionarios de recomponer el Estado y reconstruir el Ejército…..¿Quiere decir que con la muerte de Kadafi y la afirmación del gobierno del CNT, la contrarrevolución democrática ya triunfó completamente? NO, debemos explicarle una vez más, pacientemente, al polemista de la LIT-CI. Además del blanco y el negro, en política es necesario distinguir los grises, es decir, las combinaciones y contradicciones de una realidad muy compleja y dinámica …………………………………. El imperialismo y sus agentes lograron un importante avance, pero deben actuar en medio de la desorganización económica y una enorme crisis social y política, la desintegración del ejército, con decenas de milicias armadas y ante un movimiento de masas que espera respuestas a sus demandas económico-sociales y aspiraciones democráticas, mientras continúa el proceso revolucionario egipcio al otro lado de la frontera… La implosión del Estado les pone ante la urgente necesidad de reconstruir una autoridad política y una fuerza armada, recuperando el monopolio de las armas, para evitar perspectivas de pesadillaun nuevo empuje revolucionario de las masas, como el de febrero pero que esta vez enfrentaría directamente a un endeble CNT y a sus padrinos imperialistas…El gobierno del CNT (Consejo Nacional de Transición) no ha logrado hacerse dueño de la situación y más bien, está cruzado por crisis y pugnas constantes por diferencias regionales, entre sectores más islamistas o seculares, ex kadafistas, etc., con distintos proyectos políticos e intereses confrontados…En un contexto donde la dictadura de Kadafi impidió y reprimió cualquier manifestación de vida política independiente, no hay partidos con peso, ni sindicatos, ni organizaciones de masas preexistentes al levantamiento y los órganos de control de la Jammairiya ( el Estado) han implosionado ………………….. dos tipos de estructuras: por un lado, las formas tradicionales de organización de clanes y tribus…. y por otra, las milicias surgidas en decenas de pueblos y ciudades al calor del levantamiento popular, de carácter heterogéneo y sobre base territorial, también ligadas a las divisiones tribales y regionales y con influencia musulmana.                            El gobierno provisorio tiene ante sí enormes problemas de todo orden que conspiran contra su consolidación y contra el efectivo cumplimiento de esos planes
       Cualquiera que lea esta descripción del PTS , y no sea presa de un notable sectarismo, llega a una conclusión opuesta a la del PTS: en lugar de mostrar una contrarrevolución, están describiendo una clara revolución triunfante, donde no quedó piedra sobre piedra del régimen existente, donde está en pleno desarrollo la continuidad de la revolución y el incipiente desarrollo de un doble poder.Todo lo que aquí explica el PTS confirma plenamente que, de haber existido la posibilidad de alguna participación del trotskismo, hubiera sido esencial la intervención desde el primer día en la guerra civil en el campo del levantamiento popular, impulsando las milicias como toda otra forma de organización de las masas. El no haberlo hecho condena a la esterilidad política, más allá de todos los análisis y diagnósticos.
9-Escribiendo a miles de kms. de distancia, sin conocer el idioma árabe y guiándose por los sesgados artículos de la prensa internacional que busca moldear a la opinión pública (exagerando la incontrolabilidad de las milicias para apoyar el plan de centralización y desarme), los dirigentes de la LIT-CI deberían ser un poco más cautos en su apoyo entusiasta al fenómeno tal como se presenta. Examinemos un poco más el problema…..las milicias, subordinándolas al plan imperialista y degradándolas al papel de una infantería subordinada a sus operaciones militar y políticamente……
Por supuesto, las milicias son un factor de inestabilidad cuando lo que el imperialismo necesita es organizar prontamente el “orden”, lo que genera grandes contradicciones por su oposición a resignar independencia, entregar las armas o ceder control territorial. Es claro que no debe descartarse la posibilidad de que un sector de las milicias retome un curso progresivo o que, con la abundancia de armas dispersas entre la población, se desarrollen nuevos fenómenos que escapen al control de las camarillas dirigentes. Pero nada de esto les garantiza hoy, tal cual son, automáticamente y de conjunto el carácter revolucionario que la LIT-CI sin más les endilga, buscando justificar su alineamiento en el “campo progresivo”.
(Dejemos de lado que, una vez más, el PTS practica lo que critica en los demás: “escribir a miles de kilómetros, sin conocer el árabe, guiándose por los sesgados artículos de la prensa internacional”….y sin tener nada que ver con cientos de millones de árabes.)
Otra vez sobre la política: si esta descripción es correcta: no es elemental para los revolucionarios participar e impulsar ese proceso? No es lo básico de la política revolucionaria intervenir para que “se desarrollen nuevos fenómenos que escapen al control de las camarillas dirigentes.”? El PTS no lo plantea, ni tampoco otra política alternativa concreta, sobre estos fenómenos existentes.
Otra vez sobre los supuestos “campos progresivos”, pero ahora después de la caída del régimen. Durante la guerra civil, el PTS no se pronunció por ningún campo militar. Terminada la guerra civil: cuales son ahora los “campos”? La categoría de los “campos progresivos”, que trabajó Moreno y el PTS tergiversa, a quien la aplican?  Se supone que una política “capituladora”, por ejemplo, sería apoyar críticamente al gobierno del CNT, o sea “ceder”al gobierno del campo anti-dictatorial.
Pero el PTS define como una capitulación al “campo burgués progresivo” a tener una política hacia las milicias?         No se trata de si la posición de la LIT es ajustada o incorrecta en sus consignas, sino a la superficialidad y falta total de rigurosidad del PTS en el manejo de las categorías.
Para estudiar el tema de los “campos” y la política revolucionaria es  oportuno recordar la lectura de “La traición de la OCI” de Nahuel Moreno, al menos los primeros capítulos, para quien quiera un aporte para una formación política revolucionaria más seria, lejos de la pedantería profesoral de tanto sedicente trotskista.
10- Para la LIT-CI hay que ubicarse entonces junto a los “líderes políticos locales y militares” puesto que dirigen a millares de hombres armados. Ni siquiera le plantea las direcciones de las milicias que rompan con el CNT y su gobierno. Ni siquiera se preocupa por pensar cual de los bloques milicianos que se enfrentan casi cotidianamente a tiros puede estar jugando un rol progresivo y cual no. La LIT-CI “naturaliza” el hecho de que la única expresión visible sean las milicias, y se adapta a su dirección sin plantear un programa para diferenciar y desarrollar sus elementos progresivos mediante un programa para que la clase obrera emerja y gane hegemonía en las milicias. Se conforma con el “programa mínimo” que ofrecen las direcciones: no entregar las armas ni disolverse... y nada más, lo cual deja en pie numerosos problemas políticos, como por ejemplo, ¿de qué lado estar cuando se enfrentan milicias vecinas y por qué?
   Aquí el PTS hace una serie de sugerencias políticas y programáticas ( una vez más, dejemos de lado a la LIT y busquemos la política del PTS). Esas sugerencias las hemos subrayado en el párrafo. Nos parecen correctas, como base al menos. Permiten avanzar hacia una política concreta.  Por que no las levanta el PTS? Por que no propone otras de ese estilo y conforma un programa con el cual deberían actuar los revolucionarios en la “situación concreta”, como pedía Lenin?
(Una observación: el PTS plantea al final en forma clara el “problema político que dejan en pie”: de qué lado estar cuando empiecen los tiros entre milicias y por qué. Esa es la pregunta que no contestó el PTS cuando empezaron los tiros en la guerra civil libia. Ese fue “el problema político que dejó en pie”)
11-Apenas, diplomáticamente, dice “defendemos que las milicias mantengan sus armas y su organización completamente independiente del gobierno y del imperialismo” cuando los jefes de las milicias están enfrascados en una lucha no contra el CNT en su conjunto, la injerencia imperialista y la penetración de las transnacionales, sino por disputar cuotas de poder a su sombra y formando parte del mismo gobierno.
El PTS no está de acuerdo con esa consigna (parcial)? Justamente si ayuda a ir contra los jefes “enfrascados en tener lugar en el gobierno”. Si no les parece , pueden proponer otras consignas y tareas más ajustadas. Pero no lo hacen, siguen con análisis y diagnósticos.
El PTS asimila las organizaciones, sus integrantes y su dinámica a los “jefes”. Es una constante en el PTS definir los fenómenos por las direcciones (así creen combatir el “objetivismo”).
También lo hemos visto cuando el PTS se refiere a 1989: los levantamientos contra la burocracia stalinista terminaron con direcciones pro-capitalistas. Por lo tanto fueron retrocesos y avances imperialistas.  Pero que deberían haber hecho los trotskistas (de haber estado allí…): impulsar esos levantamientos e intervenir con su programa. O no participar, ya que los dirigentes  tenían posiciones pro- imperialistas. O hacer frente con la burocracia contra el imperialismo? Tampoco.
En Libia, una vez más: si ataca la OTAN y si los rebeldes son tropa de la OTAN : no es elemental la política de tirar contra el imperialismo, desde el campo de Kadafy ( con independencia de él por supuesto). Tampoco esa política…
Es necesario contrarrestar y combatir las presiones hacia el “objetivismo” y/o el “subjetivismo”, que son generadas por los procesos de la lucha de clases ( que siempre son complejos y contradictorios…) Pero no hay otra manera de hacerlo que empezando por intervenir en la realidad tal como es,para desde allí disputar la dirección, ajustando las consignas y la política en forma concreta.
14-La ausencia de planteamiento estratégico (es decir, qué fuerza social y política y con qué método se pueden llevar a cabo el programa planteado), no se puede reemplazar con propaganda socialista en general, tipo “gobierno obrero, etc...” ni enumerando una serie de consignas más o menos correctas como programa.
Aquí el PTS citica lo que ha hecho todo el tiempo. Por ejemplo, estas citas del PTS:
          “La clave de la política revolucionaria ante la situación en Libia es levantar un programa independiente para luchar contra el imperialismo y la dictadura de Kadafi, apelando a la solidaridad de las masas árabes, que abra el camino para luchar por un gobierno obrero y popular”
      “por el derrocamiento revolucionario de Kadafi, contra toda injerencia imperialista en Libia y por el desarrollo de la movilización revolucionaria de masas, sintetizada en las consignas de “¡Abajo la intervención militar imperialista en Libia! ¡Abajo Kadafi! ¡Por un gobierno obrero y popular!”.
        “Que considerando la lucha contra la dictadura como un motor de la movilización popular no se detenga en la consecución de esta tarea de manera aislada, sino que articulándola transicionalmente, promueva que la clase trabajadora conquiste la hegemonía para imponer un gobierno obrero y popular.”
Entre otras expresiones generales y propagandísticas.

15-La importancia de esta discusión va mucho más allá de las fronteras libias y de tal o cual posicionamiento circunstancial. Hace a qué estrategia levantar frente al proceso revolucionario egipcio y las rebeliones de la “primavera árabe” en su conjunto                                                                  Su estrategia contrarrevolucionaria ( del imperialismo) de conjunto combina dos formas: la represión abierta a través de sus agentes o mediante la intervención armada, y la contrarrevolución “democrática”, para detener la dinámica revolucionaria de procesos explosivos como los que hoy sacuden a Egipto, Siria y otros países.                                                                                                       Mientras algunas tendencias del movimiento trotskista cedieron ante Kadafi y otros se niegan a combatir las “intervenciones democráticas” de la OTAN; la LIT-CI adapta su lógica programática y política a la presión de la contrarrevolución “democrática” y permanece impotente para enfrentar consecuentemente sus trampas y maniobras desde una estrategia obrera y revolucionaria. En un rasgo que comparte con otras corrientes y “astillas” provenientes del viejo tronco morenista (que se han negado superar teórica y prácticamente esa tradición, retornando a Trotsky como nos propusimos en el PTS y la FT-CI), recae a cada paso en una lógica de campos, buscando en cada país el fenómeno nacional “progresivo” tras el cual acomodarse; sin proponer nunca una estrategia de independencia de clase y por la hegemonía obrera en la alianza con los sectores populares, ligada a la autoorganización de masas en sentido soviético…
--El PTS reitera su práctica, común a muchos grupos similares desde hace décadas: atacar a Nahuel Moreno como reformista, capitulador y otros calificativos de ese carácter. Fiel a su método de discutidores  pequeño burgueses  estudiantilistas ,  el PTS falsea y distorsiona las posiciones de Moreno, todo con una verborragia seudo-principista y seudo-revolucionaria.
En este caso, el elemento ordenador es que  el PTS  se extravió por completo en la guerra civil libia. Escriben más y más páginas para enredar a sus lectores mientras gritan: fue Moreno! Fue él!
--Es completamente falso que “el morenismo recae a cada paso en una lógica de campos” buscando acomodarse…
Por el contrario, Moreno desarrolló la crítica a las claudicaciones  a los sectores “progresivos”, insistiendo en la necesidad de mantener la independencia política en el marco de todas las unidades de acción que se plantearan.
-- El PTS pretende enfrentar sin concesiones a lo que llama “contrarrevolución democrática”: el resultado es  el opuesto, nos desarma frente a ella.
La política revolucionaria debe centrarse en tomar en forma sistemática las consignas democráticas y la lucha anti-totalitaria, con un programa de movilización claro y concreto, no general y abstracto, sin dejar en manos del imperialismo y sus agentes las banderas democráticas. Eso antes, durante y después de la lucha abierta anti-dictatorial. El PTS entiende el “combate” a la “contrarrevolución democrática” como una sucesión de análisis y denuncias. En Libia, ese proceso tuvo un momento culminante y de divisoria de aguas: la necesidad de participar con el programa revolucionario en el combate democrático-revolucionario de la guerra civil contra el régimen de Kadafy. Sin pasar por esa experiencia, y ese aprendizaje, es imposible construir una organización revolucionaria con una estrategia revolucionaria.
--Otro elemento a tener en cuenta, para evitar el diletantismo y las tendencias charqueras: El PTS no considera el detalle de que , en la revolución árabe que abarca a cientos de millones de personas, el trotskismo no existe. Así como en la mayoría del planeta: si los debates pierden ese punto de referencia y  ese anclaje, terminan siendo inútiles. Ojalá existiera al menos una posibilidad de tener que enfrentar el  “peligro de capitulación a un fenómeno progresivo”.
La prioridad absoluta para una dirección revolucionaria es buscar la mayor  flexibilidad táctica y audacia para acercarse a los procesos reales más progresivos ,sin sectarismos y pedantería, y aprender en esa experiencia. En la revolución árabe va a ser muy difícil, pero para otros casos puede plantearse (esperemos que así sea) la posibilidad real de intervenir.
-- Esta discusión vale también para Siria. Hay que participar e impulsar las movilizaciones?  Para el PTS la respuesta es negativa, ya que en ellas aparecen sectores pro-imperialistas.
Hay que llamar a armarse contra el ejército ? Tampoco.Como encontramos desertores y ex jefes del ejército entre los que enfrentan al régimen, entonces no hay que mezclarse. Participamos del lado del gobierno, con total independencia política, contra la intervención imperialista?.No, tampoco. Entonces, solo queda otra vez el enunciado de la estrategia de clase, etc, etc, como en Libia.
--Una vez más, es cierto que esta discusión va más allá de Libia. Y más allá de la revolución árabe.
 Un punto clave para  América será Cuba.  A medida que se profundicen las políticas capitalistas: saldrán a luchar sectores de masas contra los planes de austeridad, los despidos, por la libertad de organización, por sindicatos independientes?
Cual debe ser la política de los revolucionarios? Impulsar y participar.  Pero que pasará cuando, inevitablemente, entre ellos se organicen sectores con ilusiones en las democracias “liberales” donde hay sindicatos y partidos, o aparezcan curas, imágenes de santos, etc.:  se va a plantear otra vez que entonces no hay que movilizarse con ellos para no mezclarse?   
Los pro-imperialistas van a “festejar” y “aplaudir” cada traspié castrista: entonces los trotskistas se apartan de las movilizaciones? No van a tratar a cada paso de avanzar contra el régimen?
Cuando el régimen arrecie en su campaña:  “el imperialismo está contra el régimen castrista. Todo el que se oponga al régimen, está del lado del imperialismo” :  si seguimos con la estrategia del PTS, los revolucionarios no van a disputar la dirección de la lucha en Cuba. Se va a necesitar un programa para intervenir, sin vacilaciones y sin marearse con frases. Combinar las consignas reivindicativas con las democráticas de organización independiente. Huirle como la peste al sectarismo estéril.
--El PTS no es el único ejemplo de este tipo de posiciones. El abstencionismo en Libia fue notable también en el caso de PO. En su prensa se pueden encontrar artículos comentando y analizando la situación, con citas de diarios del mundo, sin fijar posición sobre la guerra civil. Nos parece que la posición de la UIT-Ci fue la mas acertada, más allá de ajustes en las consignas. Pero lo central es tratar de bajar a tierra.
 Nada se hará con formulaciones generales sobre “estrategias de clase”  contra el imperialismo y la burocracia.Sin dudas, la discusión sobre Libia es un gran alerta para sacar conclusiones y estar abiertos a aprender de los procesos reales.

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